¿Quieres tener un loro?

Las siguientes recomendaciones descritas (Wilson, 2000) son importantes 1, no tengas un loro si:

Lo quieres porque es bonito (los loros pueden, bajo ciertas circunstancias patológicas, desplumarse).
Lo quieres porque puede imitar el habla humana (Los loros también pueden gritar; todas las especies vocalizan algún tiempo durante el día. Algunas especies pueden ser muy ruidosas o pueden aprender palabras que si son repetidas delante de un extraño pueden dejar a uno con la cara colorada de vergüenza).
Eres una persona especialmente ordenada (Los loros pueden ser muy desordenados).
Tienes miedo de que te piquen (La mayoría de los loros en algún momento u otro picarán a su dueño, ya sea por enojo, frustración, estimulación sexual, miedo, rencos o como parte de un juego para probar hasta donde pueden llegar).
Eres una persona ocupada (Los loros demandan atención diaria de sus dueños, la atención no radica en la forma de reemplazar el cuenco de agua o llenar el recipiente de comida, sino que incluye sesiones prolongadas de juegos).
Siempre estás de viaje (Los loros se unen a sus dueños y no pueden llevarse a sitios extraños; también, la ausencia de su dueño puede provocarles estrés).
Tienes problemas económicos (Los juguetes, el enriquecimiento, gimnasios para jugar o perchas, la revisión veterinaria anual o semestral, las dietas adecuadas y demás pueden resultar muy costosas).
Tienes un espacio limitado (Una jaula, una percha y un escenario para juegos ocupan espacio).
Tienes dificultad para establecer límites (La mayoría de los loros son obstinados y desarrollan rápidamente comportamientos indeseables menos que se establezcan pautas en el momento en que entren en tu vida y se haga un esfuerzo continuo para asegurar que el comportamiento del loro no se salga de su cauce).
Tienes alergias o asma (Las plumas, el polvo del plumón, las escamas de la piel y los pedazos que cubren el cañón cuando las plumas salen, pueden provocar reacciones severas en personas susceptibles).

Si teniendo en cuenta los puntos anteriores, crees que eres capaz de proporcionar a tu loro un ambiente favorable que respete su bienestar animal, debes:

Leer libros y artículos de revistas especializadas.
Participar en grupos de chat informados.
Forme parte de asociaciones como Aviornis que ofrezcan información de calidad y contactos con socios y criadores responsables
Asistir a conferencias.
Hablar con otros dueños de mascotas y criadores.
Hay que tener cuidado con la información de internet; tener un veterinario de exóticos de confianza y con formación puede ser tu mejor aliado para asesorarte, además de cuidar de la salud de tu loro.

Si tras leer los puntos anteriores te sigues sintiendo capaz de adquirir un loro:

Busque una tienda experta o criador.
Visite una protectora de aves exóticas.
Busque referencias de quien le vaya a ceder un loro: ¿cuidan bien sus loros?, ¿transmite confianza?, ¿se forma constantemente y asiste a congresos?
Las aves que ves, ¿están sanas?, ¿presentan un tamaño y desarrollo normal para su edad?, ¿piden alimento o están destetadas?
¿Están limpias las instalaciones?, ¿tienen sobrepoblación?
¿El pájaro está bien socializado con miembros de su especie?, ¿ha sido tutorizado por otros de su especie?, cómo fue socializado?
¿Presenta las alas recortadas? Existe controversia sobre la idoneidad de este aspecto, consulte a su veterinario de exóticos antes de adquirirlo. Contraste la información.
¿Ha tenido algún tipo de entrenamiento?
Asegúrese de que en la documentación que recibe es correcta y muestra los datos de identificación y origen de su loro.

Ya ha tengo el loro, ¿ahora qué?:

Vaya despacio y no fuerce al ave a tener una relación con usted.
Dé de comer al ave con sus manos, ya que esto ayudará a construir un vínculo de confianza.
Lleve a su ave para una primera revisión temprana a su veterinario de exóticos.
Ya se ha informado de los cuidados que requiere para su mantenimiento, si no, revise que está haciendo lo adecuado.
Lea sobre enriquecimiento ambiental y las necesidades de forrajeo de su loro.
Comprométase, y no pare de formarse y mejorar.

Bibliografía

Silva, T. Parte IV: Mascotas. in Psittacultura: Manual de cría y manejo de loros 106–131 (Aviornis Internacional Ibérica, 2020).